En este blog aparecen algunas imágenes que encuentro por internet que,normalmente, son acompañadas del nombre de su creador. Sólo intento transmitir mi amor por el Arte, pero si alguien no quiere que aparezcan sus imágenes aquí sólo tiene que decírmelo e inmediatamente serán retiradas.

jueves, 24 de noviembre de 2011

FREDDY Y HENRI

Hoy llevo todo el día llorando a Freddy Mercury, que nos dejó tal día como hoy hace ya 20 años, entristecida por lo que considero una enorme perdida en el mundo de la música y en el mundo del arte en general pues, aunque es conocido principalmente por ser vocalista del mítico grupo Queen, era una persona de enorme creatividad y estoy convencida de que, si la enfermedad no se lo hubiera llevado, hoy día disfrutaríamos de mucho más que de sus fantásticos discos. Sin embargo, junto a la muerte de un artista celebramos el nacimiento de otro, alejados en el tiempo y en el estilo, aunque cercanos en el gusto por el espectáculo en el que se recreaban para dar vida a su arte.

El 24 de noviembre de 1864, nacía el famoso pintor Henri de Toulouse-Lautrec, pequeño de altura pero grande de personalidad. A pesar de ser un auténtico impresionista, no gustaba de representar paisajes, sino que prefirió recrear la vida nocturna del París del "Moulin Rouge", de prostitutas, cabareteras y sus promiscuos acompañantes, con un realismo que a veces rozaba la ordinariez y la mediocridad, pero que en la mayoría de los casos nos introducía en un mundo maravilloso de fiestas y jolgorios tras los cuales se escondía una cara más amarga que pocas veces nos mostraba.

Baile en el Moulin Rouge (1890)

Si hubieran coincidido en el tiempo no nos hubiera extrañado encontrarlos juntos en alguna de las muchas fiestas que Freddy organizaba, bebiendo absenta y bailando al son del can-can, disfrutando de la vida y del amor, con su cara y su cruz, que ambos conocieron muy bien.

SENSACIONES XIII


El Dolor
Oswaldo Guayasamin

Un amigo me dijo hace algún tiempo que, cuando estuviera un poco depre, reinventara mis sueños, que los sueños siempre salen bien; pero por mucho que me propongo hacerlo ni reinvento los viejos ni invento nuevos, no se si por escasez de imaginación y de motivación, o por exceso de pesimismo y desidia... o un poco de todo...
Tengo la imaginación atrofiada de tanta realidad innegable, y las motivaciones van desapareciendo convertidas en desilusiones... El desánimo paraliza mis impulsos, mientras que la desidia empalidece la pasión que necesito para nutrir mi mundo... Me siento una indigente suplicando estímulos, en el devenir de una vida que no volveré a tener y que desaparece rápidamente ante mi inmutismo, como el paisaje en la ventanilla de un coche...

viernes, 11 de noviembre de 2011

AGUA DE LUNA


Baño de luna
Lucía Romero Fontao
Esta mañana, como todas, he llevado cansinamente mi cuerpo hasta el cuarto de baño, dispuesta a darle una buena ducha para espabilarlo. Las 7 de la mañana en otoño es como las 5 de la tarde en verano: el clima invita a quedarme en casa, en lugar de salir a la calle, y el silencio me acompaña de puntillas pegado a mis pies mientras cruzo el salón... abro la puerta del cuarto de baño y encuentro una radiante luminosidad, extraña además, pero no es muy difícil saber de dónde viene; hay una gran ventana por la que el sol se cuela casi todo el día imprimiendo a los azulejos una fulgurante luz, y que yo me empeño en tapar siempre para que no vean mi silueta desnuda a través de ella desde la calle. Sin embargo, en esta ocasión era su astro antagónico el que esta vez llamaba a mi ventana para entrar y, gustosa, me he dejado bañar por su luz. A oscuras, la luna se ha reflejado en cada gota que resbalaba por mi piel mientras me duchaba... ha sido un baño de luz, sereno y frío, a pesar de las prisas y del agua caliente y, observando su redonda silueta difuminada en el cristal opaco, me he permitido el lujo de soñar despierta, imaginando otros lugares donde disfrutar de esa hermosa luna llena sin el agobio del "llego tarde"... pero el caso es que llego tarde, siempre llego tarde, será porque siempre me entretengo en el goce de pequeñas cosas, como en una ducha con agua de luna...