Los años actúan como un tamiz por donde van pasando todas tus vivencias, y te vas quedando con lo mejor de lo mejor: te das cuenta de lo que quieres a tu familia, de su importancia, de que te sobraban "amigos", de que es preferible malgastar tu tiempo mirando al techo que invirtiéndolo en personas insustanciales, de lo rápido que pasa el tiempo y por eso hay que aprovecharlo, de que nada es tan importante, ni tan crucial, ni tan tan... , que todo hay que relativizarlo, que no se pueden dejar muchas cosas para mañana porque es ahora cuando seguro puedes hacerlas, que no se puede huir de los problemas porque ellos siempre terminarán alcanzándote, que hay que sentir para saber y saber lo que se siente, que hay que demostrar el amor y el cariño, porque las personas somos ciegas ante eso, que no se puede esperar nada de nadie porque seguro te sorprenderán, tanto para bien como para mal, que si quieres hacer algo, hazlo ya, y si quieres llamar a alguien, llama ya, que las oportunidades se pueden presentar pero también hay que buscarlas, que tenían razón mis padres y todo esto ya lo sabían ellos...
 |
Mira qué bonita era (1895), Julio Romero de Torres |
¿Qué tendrá la muerte que siempre nos hace pensar?