En este blog aparecen algunas imágenes que encuentro por internet que,normalmente, son acompañadas del nombre de su creador. Sólo intento transmitir mi amor por el Arte, pero si alguien no quiere que aparezcan sus imágenes aquí sólo tiene que decírmelo e inmediatamente serán retiradas.

miércoles, 13 de enero de 2010

AL CALOR DE UNA CHIMENEA


Pasadas ya estas dichosas fiestas, las chimeneas de todo el mundo están por fín a salvo del intruso Santa Claus y pueden encenderse alegremente sin miedo a oler a barba quemada, aunque yo si tuviera no la habría apagado ni por un momento, por si cometía la osadía de visitarme...

Una vez superado el trauma Navidad-Papa Noel-derroche extremo-fiestas sin sentido, al menos por este año, vuelvo a mi vida normal de rutina que a veces se agradece pero que otras te ahoga, y vuelco aquí el poco zumo que me sale al exprimirme los sesos para ver qué escribo.

Y como de chimeneas va la cosa, se me ha ocurrido buscar en el infinito mundo de Internet algún cuadro donde se haya usado tal elemento para adornar la escena y me he encontrado con el Maestro de Flemalle cuyo nombre auténtico, desconocido durante mucho tiempo, fue Robert Campin (1375-1444, aproximadamente). Hay quien dice que el apodo de Flemalle proviene de su maestría a la hora de plasmar las llamas del fuego, aunque más bien es debido a la atribución de unas tablas encontradas en la población de Flemalle (en Bélgica), versión ésta menos romántica pero más lógica.

Si os fijáis, el tipo de chimenea en estos tres ejemplos es el mismo...supongo que sería la última moda en su época...Pero lo realmente importante de este pintor flamenco es la transición natural que hace del Gótico al primer Renacimiento. El llamado "Gótico Internacional" está todavía presente en elementos como la multitud de pliegues en los ropajes, la minuciosidad en los detalles, los colores brillantes, el ambiente burgués de las escenas y, por supuesto, en el tema religioso. Pero, del mismo modo que su coetáneo Jan van Eyck, comienza a dar pasos de gigante en la concepción de la pintura estableciendo escenarios en un espacio tridimensional por medio de una perspectiva marcada, en algunos casos, a través de las baldosas del piso. Es una perspectiva "inocente" pero que consigue el efecto deseado de profundidad y volumen, ayudado por el elemento de la ventana que nos muestra en el exterior un paisaje perfectamente reconocible. El punto de fuga se convierte, a mi parecer, en uno de los elementos más significativos de estas composiciones, puesto que señalan la parte más importante de la representación; en el caso del tríptico, el punto de fuga se sitúa en el centro mismo, donde está la escena principal de la Anunciación; en la pintura de la Virgen con el Niño, las líneas nos llevan a mirar hacia la izquierda, donde se sitúa la chimenea como símbolo del hogar y la familia, y el fuego haciendo referencia a la llama del cristianismo; por último, Santa Bárbara está situada justo en el centro del cuadro, pero la perspectiva nos lleva a seguir la mirada hasta el exterior de la ventana, donde se narra parte de su historia...

Una vez más os invito a ir más allá de la mera apariencia de un cuadro, a introduciros en su historia y contagiarse de su idiosincrasia, a estudiar cada centímetro cuadrado de la tabla o el lienzo, donde encontraréis, sin duda, algo nuevo, mágico e interesante...como si observaseis pasmados el crepitar del fuego en vuestra chimenea...

1 comentario:

  1. Curiosa manera de relacionar al consumismo del XXI con la pintura flamenca del XV :D
    ¡Oh, Sonia Cosillas! ¡Ilústranos! ¡Queremos saber por tí!

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