En este blog aparecen algunas imágenes que encuentro por internet que,normalmente, son acompañadas del nombre de su creador. Sólo intento transmitir mi amor por el Arte, pero si alguien no quiere que aparezcan sus imágenes aquí sólo tiene que decírmelo e inmediatamente serán retiradas.

sábado, 31 de diciembre de 2011

ESTO SE ACABA SEÑORES...

Ha llegado el último día del año y sólo puedo pensar en una cosa... llega el fin del mundo!!! al menos, eso decían los mayas... Me los imagino a todos viendo Canal Sur, metiéndose en la boca una a una las uvas de la "suerte", al ritmo del reloj de las Tendillas de Córdoba, mirándose unos a otros ante el temor de la duodécima campanada que se acerca inexorablemente, en un ambiente de pavor ante la irremediable llegada de un cataclismo... Pero el caso es que no sabemos si pasará en el minuto 1 o el 18 de mayo o el 6 de octubre, o cuando estemos en la duodécima uva del fin de año del 2012 todo estallará sin esperárnoslo ya...
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis (1498)
Durero
Los más optimistas confiamos en que los mayas se refirieran en sus predicciones a un "cambio de era", una especie de regeneración del mundo tal y como lo conocemos, en lugar de una extinción total, aunque tengo mis dudas sobre un cambio o regeneración del género humano; en cualquier caso, el 2012 viene con un halo especial, y sobre todo con una necesidad de ser mejor que el viejo 2011 que hoy dejamos atrás.
En mi caso, estoy sumamente esperanzada en el nuevo año; voy a tener cambios importantes en mi vida pero sobre todo en mi cabeza, porque "mi lado maya" me lo pide así, renovarse o morir, fuera malos rollos y tristezas y bienvenidos el positivismo y el entusiasmo, porque las lágrimas derramadas no merecen ser recordadas y en esta vida hay mucho por hacer para estar perdiendo el tiempo y las energías en esperar que lleguen los cuatro jinetes del apocalipsis... a no ser que sean en forma de xilografía dureriana.

viernes, 23 de diciembre de 2011

MANDALAS POR NAVIDAD

No puedo evitarlo... a mí estas fiestas me deprimen. No tengo ganas de cantar desentonando villancicos, al ritmo de una pandereta, una zambomba o, en el peor de los casos, de una botella de anís; no tengo ganas de adornar un arbolito de plástico (peor me lo pones si es natural) llenándolo de guirnaldas de colorines que pretenden emular la nieve, la lluvia o simplemente convertir al árbol en una drag queen con hojas;  no tengo ganas de poner un "portal de Belén" en el que se adora a un niño semidesnudo que al verlo pienso "¡qué padres más pésimos, que lo tienen así con el frío que hace!"; no tengo ganas de aparentar que quiero estar dónde no quiero estar, con quién no quiero estar, aunque la verdad esto ya lo hago el resto del año... El 2011 se acaba y se me queda un sabor de boca agridulce, que para el rollito de primavera viene muy bien, pero la vida sabe mejor sazonada con azúcar que con vinagre, no creéis?
Mándala budista del Buda Vairochana
rodeado de ocho adibuddhas y Bodhisattvas

 
Y como todos los años, de nuevo me vienen a la cabeza mis pretensiones de abrazar el budismo para esquivar tanta parafernalia obscenamente hipócrita que nos rodea en estos días, aunque reconozco que este año, con esto de la crisis, la parafernalia es menos obscena pero sigue siendo igual de hipócrita. Aprovechando un momento de tranquilidad en el trabajo, decido adentrarme en el mundo budista que se encuentra en el ciberuniverso, buscando alivio a esta pesadumbre navideña, y después de pasar un buen rato mirando y admirando mandalas multicolores, comienzo a encontrar muchos comentarios sobre lo beneficioso de dibujar y pintar estos diagramas: parece ser que ayudan a la concentración, la meditación y la relajación; y como a mí no me viene mal aumentar el grado de las tres, me he descargado algunos mandalas para decorarlos yo, de esta página que comparto con vosotros aquí, para que, al mismo tiempo que cultivais vuestra concentración, os detengáis unos minutos a meditar y relajaros, y al mismo tiempo hagáis algo artístico que nunca viene mal. Porque debería de haber un poco de arte en nuestras vidas, sin ser necesaria la habilidad de Leonardo ni la imaginación de Dalí, porque el saber desconectar de nuestras rutinas es una necesidad física y mental, y porque el mundo sin el arte sería un poco más inhumano, si eso puede ser. Como dirían los románticos: "Haz que tu vida sea una obra de arte".

Yo me quedo aquí dibujando mandalas, a ver si hacen que se me olvide durante un rato que este fin de semana es Navidad...